BALTIMORE — Desde que el puente Francis Scott Key de Baltimore colapsó en la madrugada del 26 de marzo, el padre redentorista Ako Walker ha servido de apoyo espiritual a las familias de los seis trabajadores hispanos de la construcción que, se cree, perecieron en la tragedia.

El párroco del Sagrado Corazón de Jesús en Highlandtown sirve a una parroquia mayoritariamente hispana y apoya activamente a los nuevos inmigrantes en el área de Baltimore.

The Catholic Review, el medio de noticias de la Arquidiócesis de Baltimore, habló con el padre Walker un día después de que estuviera con las familias mientras esperaban noticias de sus seres queridos.

Funcionarios de la Guardia Costera de EE.UU. y de la Policía Estatal de Maryland anunciaron en la noche del día el 26 de marzo que, debido al tiempo transcurrido y a la temperatura de las aguas del Río Patapsco, se daba por muertos a los seis trabajadores. Otros dos trabajadores que se encontraban en el puente en el momento de su colapso fueron rescatados y uno de ellos fue enviado al hospital.

“Estoy aquí con ellos como presencia espiritual en estos momentos difíciles”, dijo el padre Walker. “Todos tienen preguntas y no encuentran las respuestas adecuadas a esta situación, así que estoy aquí como presencia si alguien necesita oración o algo así, estoy disponible para ayudarles”, añadió.

“Hay una reacción muy, muy fuerte, una tristeza que la única palabra que puedo utilizar es inexplicable, una tristeza que les está afectando y puedo imaginar las cicatrices emocionales que están sufriendo, el dolor, las lágrimas, las preguntas. Es difícil de explicar”, afirmó.

El padre Walker dijo que las familias de los trabajadores, de quienes se sabe son oriundos de México y Centroamérica, están recibiendo información oficial de distintos organismos como la policía, los bomberos y el Departamento de Transporte de Maryland.

Para este sacerdote, los familiares están tratando de asimilar la noticia y sobrellevar esta tragedia de la mejor manera posible. “Estoy sintiendo la fe en todo porque hay gente sufriendo profundamente y algunos parecen estar aceptando la realidad de la situación de que, después de tantas horas, puede que no encuentren a sus familiares con vida. Por lo tanto, es una mezcla de emociones”, dijo.

Asimismo, el padre Walker afirmó que espera poder celebrar un servicio o una Misa en los próximos días para que la comunidad pueda honrar a los trabajadores y solidarizarse con las familias a través de la oración. Espera que puedan encontrar consuelo en medio de su dolor y puedan estar rodeados del apoyo y el cariño de su comunidad.

El padre Walker hizo un llamado a la comunidad para que acompañe a las familias con oraciones durante la Semana Santa. “Durante este tiempo tan especial y sagrado de la iglesia, podemos ofrecer bendiciones y oraciones para que Dios los acompañe”, dijo.

Por su parte, CASA de Maryland, a través de su director, Gustavo Torres, confirmó en una conferencia de prensa al mediodía del 27 de marzo que dos de los seis trabajadores eran miembros de su organización: Miguel Luna, salvadoreño de 49 años y Maynor Suazo Sandoval, hondureño de 37, quienes llevaban 19 y 17 años, respectivamente, viviendo en los Estados Unidos.

“En estos tiempos de ataque y odio a la comunidad inmigrante, queremos mirar esos liderazgos callados pero extraordinarios de Maynor y Miguel, que hicieron una contribución a la sociedad para que viviéramos bien y cómodos”, dijo Torres, quien agregó que el 39% de los trabajadores de la construcción en el área metropolitana de Baltimore son de origen hispano.

“Sabemos que eran trabajadores que amaban el fútbol, que amaban a sus familias y a sus comunidades”, dijo. “Sabemos que ambos eran seres humanos extraordinarios que vinieron de Centroamérica a este país, casi al mismo tiempo, para vivir el sueño americano, para contribuir a esta nación, para asegurar que sus familias tuvieran una oportunidad aquí”.

El puente se derrumbó después de que un carguero colisionara con una de las columnas de la estructura. Los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales acudieron rápidamente a la zona para informar lo que, para los residentes de Baltimore, es una tragedia que afecta no sólo a la comunidad hispana, sino a todos en general.

El arzobispo William E. Lori celebró una Eucaristía el 26 de marzo en la Catedral María Nuestra Reina en Homeland en apoyo a todos los afectados por la tragedia, mientras que algunas parroquias de la zona y de otras áreas también celebraron misas especiales.

Marietha Góngora escribe para The Catholic Review, el medio de noticias de la Arquidiócesis de Baltimore.